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LA DECADENCIA DE LA SÁTIRA CINEMATOGRÁFICA


En diciembre se estrenó en la plataforma de Netflix: “The Ridiculous 6”, película más reciente del actor, y también productor, Adam Sandler. Una película que ha sido avasallada por las críticas de múltiples medios, sobre todo hacia los últimos trabajos de Adam Sandler degradándolo hasta una comedia sin sentido y gracia; pero ¿es realmente merecida esta crítica destructiva hacia el trabajo de Sandler?

Adam Sandler comenzó su carrera en Hollywood como actor y guionista de varios de los proyectos en los que participó en la década de los noventa, y contando con sus primeras apariciones en “Coneheads”, “Going Overboard” y “Billy Madison”, y teniendo buenas películas como “Punch-Drunk Love” que le valió para ser nominado a un Golden Globe en el 2002, “Click”, “50 First Dates”, “The Longest Yard”, con humor exagerado en chistes con lenguaje en doble sentido, bromas físicas a un nivel grotesco (pero divertido) y que siempre dejaba una reflexión o satisfacción personal para rematar la película.

Sin embargo hay un problema en la industria de la comedia cinematográfica en los Estados Unidos, y es el hecho de que las casas productoras están cayendo en la tendencia de hacer comedias básicas, básicas en el sentido de que la mayoría comparte patrones en común.

Las bromas físicas pesadas como lo son los golpes contra cualquier objeto o material contundente, los chistes de doble sentido que ya son bastante predecibles y aburridos en varias ocasiones, y contenido sexual demasiado explícito. Y estos patrones se ven más cotidianamente en películas como “Buenos Vecinos”, “Héroe de Centro Comercial”, “¿Dónde Están las Rubias?”, “Ted”, “Todo un Parto”, “¿Qué Pasó Ayer?”, “Ajuste de Cuentas” entre muchas otras.

Y ése problema se agrava cuando las productoras de Hollywood no le dan una oportunidad a propuestas nuevas y refrescantes para las audiencias y deciden realizar secuelas de varias de las películas antes mencionadas por miedo a no generar las ganancias económicas que se esperan normalmente, aunque habría que revisar si en realidad los filmes son redituables.

Regresando con Adam Sandler, en su última película “The Ridiculous 6”, cae hacía una crítica aún más severa. En primer lugar por ser estrenada directamente en Netflix, lo que pone aún más en duda la calidad de su trabajo; en segundo lugar, es notoria la inclusión del humor de manera forzada a tal punto en el que ya cae en lo asqueroso, visceral e innecesario; y finalmente se podría considerar ofensiva la forma en la que se retrata a las tribus nativas americanas, aunque ésta sea una parodia de los wéstern.

Se puede decir que la comedia en Hollywood está en declive porque no le ofrece nada más al espectador que un contenido vacío que sólo ayuda a satisfacer las necesidades de auto estima individuales. Pero ¿qué se puede hacer como simple espectador? Tal vez empezar a voltear hacia nuevas propuestas independientes, tal vez eso haga que las cosas en Hollywood cambien un poco.

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