Son pocas las películas que logran retratar casi a la perfección aspectos de la cotidianidad humana, cuando ese tipo de trabajos son llevados a cabo en animación stop motion, se vuelven aún más rescatables. Anomalisa se transforma en una historia interesante que reta a la típica temática de las animaciones hollywoodenses tan afamadas por la crítica conservadora.
La narrativa implementada en este largometraje por Charlie Kaufman y Duke Johnson, envuelve al espectador en un relato que representa la actualidad del ritmo de vida que sea vuelve tan común y aburrido, y que hace que uno pierda el interés en las demás personas.
Nos muestra a un motivador profesional, Michael Stone, quien se encuentra abrumado por la relación fracturada que lleva con su esposa, el gran interés material que muestra su hijo sin escrúpulos ni tapujos y el intento fallido de una aventura que, 11 años atrás, soñaba con regresarle un poco de “chispa” a lo cotidiano que se ha vuelto su mundo.
Todo se mantiene igual hasta que algo logra sobresalir del mar de monotonía, en este caso es la voz de una mujer, y hace que recobres la sensación de encontrar a alguien diferente y nuevo para volver a experimentar la sorpresa de conocer todos los detalles de la otra persona y pasar todo el tiempo posible con aquella, una anomalía dentro de todo lo habitual, lo que cualquiera de nosotros llamaría: enamorarse.
El problema vuelve cuando el efecto placebo termina y empiezas a darte cuenta de cómo es normalmente y le buscas defectos a ese alguien especial hasta que se convierte en uno más del montón, y piensas que tal vez tu eres el problema y la persona por la que tanto has esperado nunca llegará.
Expone también al otro culpable de la situación tan monótona y absurda: el sistema educativo, en Estados Unidos específicamente, por convertir a las personas en entes encaminados a la simple productividad y eficiencia corporativa quitar la individualidad y personalidad, hasta incluso la capacidad de sonreír.
Historia completa, entretenida y fascinante para tratar de recordar algunos aspectos como el amor, los tiempos actuales y, sobre todo, buscar eso que te distinga de la mayoría, no solamente quedarte en la corriente que siguen todos los demás.