Una pequeña muestra del Festival Internacional de Cine de Horror de la ciudad de México, o MACABRO, llegó a la Puebla. Uno de los festivales más importantes de México, con 13 años de existencia, que se caracteriza por estar enfocado en el género de horror y culto, y que ha impulsado la carrera de directores como Jorge Michel Grau o Isaac Ezban, entre otros.
Una de los largometrajes que forman parte de este tour, es el filme hecho por Edna Campos y Ulises Guzmán: "Alucardos", documental que habla acerca de dos chicos, Lalo y Manolo, y de su fanatismo por la película Alucarda, dirigida por Juan López Moctezuma; pero para entender el trasfondo de este trabajo debemos respondernos ¿de qué trata Alucarda?
Alucarda, de 1978, es la historia de una joven de 15 años (Alucarda) que ha vivido sola en un convento/orfanato extraño de México. Un día conoció a Justine con quien sostuvo una amistad que rayó en lo sexual. Durante un paseo por el bosque se encontraron con un grupo de gitanos con los cuales realizaron varios actos paranormales, provocando daños en el convento e invocando a satanás.
Innovadora y polémica en la década de los setenta porque fue de las primeras obras que combinaron temáticas como la religión, el satanismo, e incluso la libertad sexual femenina, temas que provocaron una fuerte censura pero que también consiguieron revivir el cine de culto y de terror, que en ese tiempo se veía opacado por la época de oro del cine mexicano.
El documental muestra a Manolo y Lalo, dos jóvenes que tuvieron una infancia complicada que no les permitió desenvolverse con otras personas y que su fascinación por Juan López Moctezuma los unió y los llevó a conocer al director en la década de los noventa, aunque no fue de la manera esperada.
Su vida llena de excesos y su constante interacción con las novelas de ciencia ficción y terror, Lovecraft entre sus favoritos, lo llevaron a un hospital psiquiátrico, lugar de donde los Alucardos lo encontraron y lo sacaron para tratar de recuperarlo del estado mental en el que se encontraba. Moctezuma pasó los últimos días de su vida más cuerdo que nunca, y entregando su legado a Manolo y Lalo como agradecimiento por devolverle la cordura en los últimos días de su vida.
El filme se vuelve, obligadamente, en un homenaje a la vida de López Moctezuma, alguien que además de haber sido cineasta también fue actor, escritor, productor, locutor, conductor, pintor, pero sobre todo, fue un pionero para las generaciones de ahora que están reviviendo al cine de horror, terror y culto en México.